Las escrituras prohibidas

Faren se encontraba en su sala en la Fortaleza mientras buscaba unos planos. Se lo veia algo preocupado, su semblante no era el de alguien en control de las cosas.
El sol entraba levemente por su ventana, comenzaba a amanecer poco a poco y el naranja del sol comenzaba a comerse las paredes de la Fortaleza lentamente, cuando Faren notó esto se dio cuenta que no podía perder un minuto más, y luego de sacar algunos planos se propuso dirigirse hacia la entrada de la base.

En el camino, algunos de sus subordinados se acercaron a hablarle:

- Señor, he escuchado que una de nuestras fuerzas aliadas ha tenido problemas en la región de....
Faren arqueo una ceja, pero su mirada se veia seria e intocable, gracias a su mascara.

- No es de mi interés, soldado. Conoces nuestra busqueda y será mejor que te avoques a ella. - luego de dar media vuelta y continuar caminando el soldado tragó saliva y continúo hacia donde se dirigia.

Ya en la puerta de la fortaleza Faren observo el lugar conteniendo algo de aire y luego exhalo fuertemente. Debía estar preparado pero no era una tarea facil y necesitaría de sus mejores soldados, entonces decidio salir en busca de ellos en la zona de entrenamiento.